Si la semana pasada te traje una joya del Romanticismo español, como Gustavo Adolfo Becquer, hoy quiero acercarte una figura del Naturalismo realmente gigante: doña Emilia Pardo Bazán.
El naturalismo concebía que el ser humano está determinado por su entorno y por las circunstancias en las que vive, y que por tanto, es posible analizar la conducta humana de forma objetiva, como si se tratara de un fenómeno natural más, mostrando la realidad de forma objetiva y científica. Y en ello nuestra autora fue una de las más destacadas del movimiento en España.
Emilia Pardo Bazán ¿Quién fue la autora?

Nacida en A Coruña, Galicia, en 1851, Emilia Pardo Bazán fue una grandísima escritora y ensayista española, sí, pero además es una figura esencial en el nacimiento del feminismo en España. Su defensa de la igualdad de géneros partía de la necesidad de que las mujeres tuvieran acceso a la educación y a las mismas oportunidades que los hombres.
En obras como “Los pazos de Ulloa” describe con detalle la crudeza de la vida rural de la época, mostrando la realidad social y económica de los personajes sin maquillaje. También hace hincapié en analizar las relaciones entre los personajes desde un punto de vista psicológico, mostrando la influencia del medio en su comportamiento, haciendo uso de un lenguaje preciso y técnico, propio del naturalismo.
La visión igualitaria y feminista que tenía Emilia Pardo Bazán, que hoy podría parecernos evidente en occidente, fue una auténtica revolución a finales del siglo XIX. Por ello utilizó las mejores armas con las que contaba, la literatura, sus novelas y ensayos, para poner de manifiesto la situación y criticar la hipocresía y la doble moral de la época en relación con las mujeres y exigir un cambio que tardaría muchas décadas en manifestarse.
En su grandísima novela “La Madre Naturaleza”, Emilia Pardo Bazán presenta una mujer que se rebela contra los roles tradicionales y que busca la independencia y la realización personal más allá de los estereotipos socialmente aceptados. Rompedor.
En muchos de sus ensayos llega incluso a reflexionar sobre el matrimonio de su época como un caso de prostitución legal. En “La cuestión palpitante”, por ejemplo, aborda temas generales sobre la sociedad o sobre el movimiento naturalista, pero trata además temas tabú como el matrimonio y la sexualidad desde una perspectiva feminista inaudita hace más de un siglo, cuestionando el lugar de la mujer en su sociedad.
Hasta tal punto llegó el escándalo con este ensayo, que le costó su matrimonio, al negarse Emilia a aceptar la prohibición de su marido a seguir escribiendo de esta manera.
Además de los ensayos y de las grandes novelas como “Los pazos de Ulloa”, “La madre naturaleza”, “Insolación” y un larguísimo etc. que influenciaría grandísimamente en posteriores figuras como Blasco Ibañez, Doña Emilia escribió también teatro, poesía, libros de viajes, periodismo y relatos cortos.
Tras su muerte en Madrid en 1921, la sociedad y las letras españolas ya no volverían a ser las mismas tras su paso por ellas. Gracias Doña Emilia.
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La Resucitada
Entre sus relatos cortos he elegido hoy uno muy muy breve titulado “La resucitada” y publicado en una recopilación de “Cuentos góticos” de la autora que no puedo dejar de recomendaros que busquéis en vuestra librería de referencia.
Muchos de estos relatos, como “El vampiro” o “Un destripador de antaño”, a pesar de ese concepto “Gótico” que planea sobre la recopilación y de tener títulos y argumentos que hubieran tentado al mismísimo Bécquer, no dejan de desarrollarse en ese universo “Naturalista” que describía al principio y de utilizar el lenguaje y una visión psicológica real y quirúrgica que caracteriza al movimiento, poniendo de manifiesto la crudeza de la situación de la mujer en la sociedad el siglo XIX.
“La Resucitada” es oscuro. Corto. Duro. Triste… y maravilloso, de verdad.
Y si no me crees, bueno, ponte los cascos, sube el volumen y deja que sea ella misma quien te lo cuente.